Llego exhausta al aeropuerto de Barcelona, corriendo con mis tacones y mi portátil en la mano porque pierdo mi vuelo. Grito a la azafata para que no cierren la puerta de embarque sin mí.
Entro al avión cuando todos los pasajeros ya están sentados con la espalda recta, algunos con los ojos cansados y otros con los ojos iluminados. La azafata me indica que mi asiento ya está ocupado y que debo desplazarme a otro. Camino a lo largo del pasillo estrecho y me sitúo a tu lado. Te levantas para que pueda pasar y me dices:
- Ya os extrañaba… llegas tarde
Me giro directamente al oír ese acento argentino que me vuelve loca, que me pierde y me hace cruzar el mar en un instante. Me sorprende ver a un chico joven, desaliñado, con mechas claras por el sol y la piel tostada.
- Perdona, ¿nos conocemos?
- No, pero creía que vos ya no llegabas y que este vuelo sería muy aburrido
Sonrío y te apartas para que pueda pasar por el estrecho espacio que hay entre los asientos. Atrevido acercas tu pelvis hacia mi culo y yo me quedo inmóvil al notar el bulto de tu pantalón intentando alcanzarme. Me giro pegada a tu pantalón y te sonrío...
Continúa leyendo en el libro de Sensueye...
próximamente a la venta!!
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Siempre me ha gustado viajar, pero desde ajora me gusta aun mas!!!
ResponderEliminarGenial como cada uno de tus relatos!!! Tendre que practicar el acento argentino.....
Sinceramente gallega, lograste elevarme hasta los 10.000 metros de altura.
ResponderEliminarCuantas cosas se pueden generar con las palabras indicadas, no?
Hubiese querido estar ahi. Ser ese viajero que disfruto de tu cuerpo, aunque sea por una noche.
MUCHO NO EM GUSTA LEER, PERO LO POCO QUE LEY CHE!!!! NO ESTUVO NADA MAL TU EXPERIENCIA CON UNO DE MIS COMPATRIOTAS!!!!1 SALUDOS GELLGA! EJJEJE
ResponderEliminar¿Esto es lo que se llama un polvo de altos vuelos?
ResponderEliminarMe encanta que te guste unir a los pueblos gracias a un lenguaje universal: el de la seducción.
Uno Cualquiera